jueves, 7 de mayo de 2009

El Estado dominicano, ¿fantasía o realidad?

El Estado dominicano si se puede llamar así es una aldea conformada por líderes de distintas culturas, es decir, viviendo en un mismo espacio, manejan la política a su antojo como si hablarán lenguas diversas.


El Estado es la institución que rige las leyes de un país y las hace posibles o truncas. Lo cierto es que al nuestro le hace falta usar lentes para poder entender cuál es su cometido, y no es porque esta entidad sea ciega, pues no es un ser humano, sino porque lamentablemente los dominicanos hemos permitido que eso suceda.

Todo ciudadano que se considere dominicano debe luchar por sus ideales, por escudriñar la verdad y actuar basado en la ley.

Según el periódico El Universal: “El Estado-nación es la institución preponderante en la conducción de los destinos de un pueblo. Rousseau definió, en ‘El contrato social’, que el Estado tiene responsabilidades soberanas para aplicar la ley y ejercer el monopolio de la violencia”.

Partiendo de la ideología de Rousseau, si el Estado tiene la misión de velar por los intereses de una población, ¿Por qué no empezamos a exigir nuestros derechos?

Una respuesta: nos hemos vuelto conformistas. La visión de Duarte parece haber quedado sumergida en el olvido.

“Probarle al mundo entero que no tan solo teníamos un nombre propio: dominicanos, sino que nosotros (tan cruelmente vilipendiados) éramos dignos de llevarlo”. (Juan Pablo Duarte).

Parece que ya no se lucha por la patria, ésa que con tanto empeño y sacrificio quisieron obsequiarnos aquellos grandes hombres de bien, que sin importar banderas dieron el todo por el todo y que en un escudo abren la Biblia como signo de pureza, de inalterabilidad. Ellos, que con un hermoso lazo, gritan a los cuatro vientos: “Dios, patria y libertad”.

¿Acaso ha muerto el honor a la patria? Esperemos que no.

Por suerte, existe algo que tal vez vaya más allá del Estado: la soberanía. Eso que, según la página virtual www.misrespuestas.com, es “se puede considerar en dos aspectos diferentes, uno interno y otro externo. En su modo interno, la soberanía hace alusión al poder definido anteriormente, el que se relaciona con el poder de un determinado Estado sobre su territorio y su población. Por otra parte, el carácter externo hace referencia a la independencia que tiene un Estado del poder que ejerce otro, en un territorio y población diferentes, en otras palabras, un Estado en particular es soberano mientras no dependa de otro Estado”.

Ésa misma fuente agrega: “la soberanía se puede comprender desde dos perspectivas, una jurídica y una política. La soberanía jurídica es aquella a través de la cual un Estado puede tomar contacto con el mundo, con lo internacional, a través de su participación en diferentes organizaciones internacionales, tratados, pactos y compromisos diplomáticos, entre otros”.

En definitiva, se puede decir que República Dominicana es un pueblo lleno de color, bordado de injusticias que se hacen “justas”. Sin embargo, pese a las inconformidades diarias, es delicioso caminar por las calles y ahí encontrar una noticia, tal vez no muy relevante, pero sí el acontecimiento de lo que es ser un verdadero dominicano.

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