martes, 1 de septiembre de 2009

Mis comienzos

Una mirada crítica a El Carnaval de Sodoma



SÉPTIMO ARTE. Los críticos consultados coinciden en que la adaptación de la novela de Pedro Antonio Valdez mucho se aleja de la trama de ésta, además de desperdiciar la psicología de los personajes, a los que les falta empatía e identidad

Arlene Reyes Sánchez
Gabriela Read



Que un director de cine de fama mundial como Arturo Ripstein acogiera una historia dominicana para desarrollarla en un filme llenó de expectativas tanto a los cinéfilos como a los críticos locales. Un año después de su estreno en el extranjero, y de que fuera paseada por los festivales de cine internacional de Morelia, Viva América y Guadalajara, llegó a las salas dominicanas durante la celebración de la IX Muestra Internacional de Cine. La crítica internacional la calificó como "la mejor realización mexicana después de El Topo, de Jodorowsky", y dijo que "todavía podemos decir que en México se puede hacer buen cine" (Anta Bertha Luna, diario La Razón); aunque algunos vieron con malos ojos que el director volviera a recurrir a los submundos y ambientes de sordidez para desarrollar sus películas. La Academia Mexicana de Arte y Ciencias
Cinematográficas, empero, le otorgó dos premios Ariel en las categorías de mejor actor y dirección de arte.

La crítica local, sin embargo, no fue tan benigna con la película como lo fue con el libro homónimo de Pedro Antonio Valdez. Para el dramaturgo y crítico Ángel Haché, "el Carnaval de Sodoma es una película que muestra gran falta de identidad pues en el coloquialismo dominicano, que es muy rico y poético, Ripstein no hace mucho énfasis. Además, en la trama no se logra aclarar mucho lo que está sucediendo, ni qué hacen en sí los personajes".

El también crítico de cine Félix Manuel Lora opinó que el filme, más que una copia fiel, se trata de una inspiración en el libro de Valdez. "Ripstein no logra un convencimiento real de la atmósfera y la justificación de sus personajes. Su estructura teatral no le favorece, porque el cine posee otra dinámica estructural diferente. Esto hace que su exposición quede rezagada y no se contemple su verdadero objetivo (como lo tiene la novela) de la sátira y la ironía contra figuras
importantes de la sociedad como los curas, políticos y el mismo ciudadano común".
Asimismo destacó que los diálogos de la película se vuelven largos y tediosos para el espectador.

"Este conjunto poco efectivo hace de este filme una propuesta cansada de un autor que ha significado mucho para la cinematografía mejicana de los últimos veinte años. Nos quedamos con la novela, porque el universo que nos ha facilitado Pedro Antonio resulta más interesante para nuestro gusto", añadió el crítico.

A pesar de la decepción de los críticos, lo cierto es que la película contó con el respaldo de un amplio público que abarrotó la sala de cine durante la Muestra de Cine, orgulloso de que un libro dominicano fuera llevado a la pantalla grande.

Otras obras literarias dominicanas llevadas al cine

En el tiempo de las mariposas, novela de la escritora dominicana Julia Álvarez que narra el compromiso social asumido por las Hermanas Mirabal para derrocar al régimen trujillista, fue llevada al cine por el director español Mariano Barroso hacia el año 2001. Se trató de una producción para la televisión de la actriz mexicana Salma Hayek, quien hizo el papel de Minerva Mirabal. Pero el cine de factura local también hizo sus pininos en cuanto a la adaptación de una novela dominicana para la pantalla grande. Se trató de La tragedia Llenas: un código 666, de Ángel Lockward, que llega al cine de la mano del director Elías Acosta y cuyo estreno fue en septiembre del pasado año. La película está inspirada en el asesinato del niño José Rafael Llenas Aybar, hecho que conmocionó a la sociedad dominicana. También el cortometraje emprendido por la narradora y ensayista Hilma Contreras, con su cuento "Frente al mar", de la mano de José Vásquez Grin.

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